Equipo editorial

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México es una nación milenaria en la que se entrecruzan muchísimas culturas, lenguas y tradiciones. La grandeza de su pueblo descansa en la riqueza de una historia llena de elecciones, entre los que se destaca el afán a veces acallado, a veces explosivo, por los ideales de libertad e igualdad.

VILLEGAS Y ÁVILA (2021)

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En el marco del Día de la Historiador, la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM) transmitió por el Canal UnADM el conversatorio “Miradas a la Independencia de México”, que contó con la participación de Israel Ugalde Quintana de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Eduardo Adán Orozco Piñón del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) y como moderadora Alejandra Gutiérrez Ramírez, responsable del posgrado en Enseñanza de la Historia de México, de la UnADM.

Israel Ugalde comenzó la conversación hablando de la insurgencia de José María Morelos en la Costa Chica (1810-1821), que actualmente es la región de Guerrero y Oaxaca, desde Acapulco a Huatulco. Compartió que hacia finales del siglo XVIII el censo poblacional registraba un perfil étnico diverso, con 760 familias españolas, 1,342 familias mulatas y 20,568 indígenas, lo que conllevó a que estas personas se unieran a la lucha.

De acuerdo con el investigador, Acapulco fue un punto importante por el comercio que se establecía con Filipinas. Morelos se percató del perfil social que habitaba en esas zonas y a partir de allí establece su estrategia, en un lugar llamado El Aguacatillo: “con fecha del 17 de noviembre de 1810, Morelos dio a conocer de manera pública las razones de la emancipación de la guerra de Independencia. Y entre otras cosas, declara la abolición de la esclavitud y la supresión de la distinción de castas. [...] En poco tiempo Morelos conformó un batallón al que se le van sumando familias importantes, como los Galeana o los Bravo”, quienes vieron la oportunidad de aliarse, conformar un frente común y combatir a los españoles.

Se puede profundizar en estos temas con las siguientes recomendaciones:

  • Afrodescendientes en México y Nuestra América (2018), de Serna Moreno, J. Jesús María, Ugalde Quintana, Israel, Bruni, Nina et al., Universidad Nacional Autónoma de México / Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe.
  • El África Bantú en la colonización de México (1595-1640) (1994), de Ngou-Mve, Nicolás, CSIC - Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Para Eduardo Adán Orozco, el proceso de consumación de la Independencia se logró con Vicente Guerrero, quien alimentó su ejército con la población afrodescendiente. El clima ya era inestable por los malestares que presentaban varios sectores de la población debido a la limitación de sus privilegios. La comandancia dirigida por Guerrero era de las más conflictivas y estaba comprometido con la Independencia, donde los ideales eran la abolición de la esclavitud, la igualdad social, la supresión de las castas y el fin de pago de tributos.

Por tanto, ante la negativa de España de aceptar las condiciones de Guerrero, este se mantiene en pie de lucha y propone alianza con los militares José Gabriel de Armijo, Carlos Moya y otros, con la finalidad de lograr un cambio de sistema político. Finalmente, quien acepta la alianza es Agustín de Iturbide. A partir de aquí se escriben entre militares para ponerse de acuerdo, se reúnen en Teloloapan, Guerrero y se lanza el famoso Plan de Iguala que forma el Ejército Trigarante o de las Tres Garantías, documento que permitió dar sustento legal a la lucha de Independencia y es el resultado de las negociaciones entre diferentes sectores de la sociedad.

Puedes revisar la conferencia completa: