Ricardo Flores Cuevas

Coordinación de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social

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Aunque la provincia española de la Luisiana

no desempeña un papel importante en la

historia colonial de Latinoamérica, el destino

final de esta colonia tenía ramificaciones

importantísimas para el Virreinato

de la Nueva España

[...]

Las provincias de la Luisiana y la Florida Occidental

formaban una barrera formidable

contra la expansión de los Estados Unidos.

 

Jack D. L. Holmes

 

Quince intelectuales mexicanos escribieron un libro en el año de 1848 titulado Apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos el cual fue censurado por el gobierno de Santa Anna. Aquellos ilustres sentenciaron que la compra de Luisiana por los Estados Unidos a Francia en el año de 1802 por 60 millones de francos “fue un suceso desgraciado [...] que nos proporcionó [a los mexicanos] una vecindad bien poco apetecible. De la Luisiana a Texas no había ya más que un paso: la venta de esa colonia había roto el dique que contenía aún el torrente que se desbordó luego sobre México (Alcaraz, 1970, p. 6).

 

Pues mientras en nuestro territorio sucedía la revolución de Independencia, Estados Unidos aprovechaba la oportunidad para expandirse territorialmente. Así que dos años antes de la independencia de México, el vecino del norte se apropió de grandes extensiones de territorio. Esta es la historia que aquí se narra, basada en la obra antes mencionada.

 

Para comprender este proceso, es necesario retroceder en el tiempo para conocer los antecedentes.

 

II.

En un mapa fechado en el año 1616 se aprecia claramente que tanto California, Luisiana, como las Floridas, formaban parte de los territorios de la Corona Española, ya que incluso se incluye el escudo de los reyes de Castilla.

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Tomado de: https://mapoteca.siap.gob.mx/chis-exp-m12-v2-0042/

 

III.

La exploración del Valle del Misisipi fue llevada a cabo por los franceses a partir del año 1662 y en 1712 se fundó la ciudad portuaria de Nueva Orleans, que sería la capital de un amplio territorio que llevó el nombre del rey de Francia: Luisiana.

Tanto el Puerto de Nueva Orleans como el extenso y navegable río Misisipi fueron el acceso a los territorios franceses en Norteamérica que también abarcaban el territorio de lo que ahora es Canadá y Alaska. En el siguiente mapa se aprecia con claridad la extensión y afluentes del río Misisipi.

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Tomado de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mississippiriver-new-01.png

 

Entre los años de 1700 a 1780 Luisiana colindó al oriente con las Trece Colonias inglesas; así como con los territorios de la Florida oriental y occidental que pertenecían a España. Por el occidente, colindaba con las provincias de Nuevo México y Texas que formaban parte de la Nueva España.

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Ilustración a partir del mapa original

 

De esta forma, el actual territorio de los Estados Unidos estuvo repartido, en aquel tiempo, por colonias inglesas, francesas y españolas.

 

IV.

 

Con los Acuerdos de París del 10 de febrero de 1763 firmados al concluir La Guerra de los siete años (1756-1763) se redistribuyó el territorio antes comentado entre las potencias colonialistas: Francia perdió dos de sus territorios en Norteamérica: Acadia y Canadá, antes llamada Nueva Francia; pues quedaron en manos de los ingleses. Ante esto, Francia decidió donar a España el territorio de la Luisiana. Con lo cual, se puso fin al colonialismo francés en América del Norte.

Veinte años después las Trece Colonias de Norteamérica alcanzaron su independencia, la cual fue posible gracias al apoyo de Francia y de España pues ambas potencias encontraron en esta lucha una manera de dañar los intereses de Inglaterra en el continente americano. Esta fue la primera vez que la joven nación estadounidense supo aprovechar a su favor los conflictos de las potencias de ese tiempo.

 

V.

 

Al terminar la Revolución francesa con el triunfo de Napoleón, España devolvió Luisiana a Francia con la firma del tratado de San Ildefonso en el año 1800. Esta devolución se hizo sin precaución: España no especificó cuáles eran los límites territoriales de Luisiana.

Fue así como Francia volvió a tener presencia en Norteamérica. Pero hubo una variante que los franceses no tenían contemplada: la lucha por la independencia de Haití (1791-1804) se fortalecía en el mar Caribe.

Ante esta situación, Estados Unidos ofreció a Francia comprarle Nueva Orleans. Para ese momento Napoleón se encontraba en plena expansión militar en Europa y él decidió vender no sólo dicha ciudad portuaria, sino todo el territorio de Luisiana a Estados Unidos, pues necesitaba financiar sus expediciones militares. Estados Unidos consiguió el dinero con un crédito proporcionado por banqueros ingleses y adquirió la Luisiana en 1803 con lo que duplicó su territorio.

 

VI.

 

Como se mencionó líneas arriba, cuando España devolvió a Francia el territorio de la Luisiana no hizo énfasis en definir cuáles eran los límites de ese territorio y esta negligencia no tardó en explotarle en la cara a España.

En 1810, el ejército estadounidense se apropió de la Florida occidental y otros territorios que pertenecían a España argumentando que formaban parte de Luisiana; esta conducta tan sólo fue el inicio pues acto seguido se apropiaron de la Florida oriental.

 

VII.

 

La actitud de los Estados Unidos mostrada ante las Floridas la replicó con Texas, que pertenecía a la Nueva España, pues ellos sostuvieron que Luisiana llegaba hasta el Río Bravo. Esto ocurrió mientras los insurgentes luchaban por la independencia de México. No cabe duda de que los estadounidenses aprovecharon la coyuntura de tener frente a la debilidad del decadente Imperio español y la combustión de inestabilidad de la naciente nación mexicana.

Esto provocó conflictos no sólo diplomáticos, sino también militares por el territorio que se encontraba en disputa entre España y Estados Unidos al oriente del Río Sabina. En 1819, tan sólo dos años antes de la independencia de México, se firmó el tratado de 22 de febrero, en el cual se estipularon los siguientes límites entre ambos territorios:

La línea divisoria entre los dos países, al occidente del Mississipí [sic], arrancará del seno mexicano en la embocadura del Río Sabina en el mar; seguirá al norte por la orilla occidental de este rio hasta el gdo 32 de latitud; desde allí por una línea recta al norte hasta el grado de latitud en que entra en el Río Rojo de Natchitoches Red River; y continuará por el curso del Río Rojo al oeste hasta el grado 100 de longitud occidental de Lóndres y 23 de Washington, en que corteará este rio, y seguirá por una línea recta al norte por el mismo grado hasta el rio Arkanzas, cuya orilla meridional seguirá hasta su nacimiento en el grado 42 de latitud septentrional; y desde dicho punto se tirará una línea recta por el mismo paralelo de latitud hasta el Mar del Sur [...] (Alcaraz, 1970, p. 11).

 

Se acordó que el uso de las aguas y la navegación del Sabina hasta el mar, y de los ríos Rojo y Arkansas, en toda la extensión de sus mencionados límites, en sus respectivas orillas, sería común a los habitantes de las dos naciones.

Sin embargo, el territorio que los estadounidenses se adjudicaron como parte de Luisiana (al occidente) en la compra realizada a Napoleón, fue mucho más territorio del que le correspondía; límites que sostuvieron en el tratado del 22 de febrero de 1819.

 

VIII.

 

Cuando México obtiene su independencia, no recibe todo el territorio que correspondió a la Nueva España pues Estados Unidos aprovechó el periodo de la lucha de independencia para apropiarse de extensos territorios.

Este aspecto fue crucial, pues el país vecino del norte no detendría ahí su ambición de seguir expandiéndose hacia el oeste y será la característica que conservará durante la primera mitad del siglo XIX hasta llegar a la Guerra que conocemos como la invasión norteamericana en 1843.

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Referencia