Para empezar el año, retomamos los retos ciudadanos y comenzamos con un desafío pertinente para los tiempos en que vivimos. El objetivo del Reto 17 es compartir prácticas responsables sobre del uso y la conservación del agua en hogares, empresas y espacios públicos, a través de acciones ciudadanas que influyan en el comportamiento de las personas y sus comunidades.
Para el lanzamiento, estuvieron en la videotransmisión del 30 de enero de 2024, el Coordinador de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social de la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM); Sara Muñoz Mejía, de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI); Jorge Arriaga Medina, de la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Marcela Villar Rodríguez, responsable educativa del programa de Tecnología Ambiental de la UnADM; y Omar Reyes Martínez, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM.
Cada uno, desde sus aportaciones, nos contó cómo conservan y protegen el agua. Antes, se mostró un sondeo realizado por la UnADM donde se les preguntó a algunas personas cómo cuidan el agua, lo que arrojó las siguientes respuestas:
- “Cuando me voy a bañar pongo una cubeta y en lo que sale el agua caliente, con esa agua riego plantas, lavo trastes o trapeo mi casa, pero de todas formas yo tengo un sistema que el agua que va cayendo se recicla para otras funciones de la casa”.
- “Utilizamos cubetas en la casa para recolectar el agua de lo que se ocupa para reusarlas en otras áreas de limpieza”.
- “Reutilizo el agua de la lavadora para lavar el patio y para el excusado”.
- “Siempre procuro que las llaves estén bien cerradas para evitar goteos”.
- “Captar el agua. Hay sistemas de captación de lluvia muy sencillos, como poner cubetas. La captación de agua de lluvia ayuda muchísimo para ahorrar bastante agua en el hogar”.
- “Yo cuido el agua a través de identificar si hay algunas fugas dentro de mi casa o fuera de ella en las calles y reportar a los lugares donde se tiene que reportar”.
El presentador, al comienzo, dijo que la escasez de agua es una problemática global, por lo que la concientización es de suma importancia: “A pesar de ser un derecho constitucional, 12 millones de personas mexicanas no tienen acceso a este recurso y de ahí la relevancia de que, desde las universidades también aportemos a este desarrollo integral, aportemos a las problemáticas sociales”.
Desde la SECTEI, Sara Muñoz nos comentó que desde inicios de la administración, en el 2019, se creó una red de especialistas para solucionar esta problemática. “Por ejemplo, nosotros hemos trabajado en dos temas muy importantes: uno es el tratamiento al agua residual, que nos parece que es uno de los temas más importantes en la Ciudad de México”, reiteró. A su vez, la SECTEI trabaja con cuatro ejes principales: la reparación de fugas, la construcción de humedales, la rehabilitación de cuerpos de agua y la cosecha de ellos.
“En particular, creo que la cosecha de lluvia ha dado muy buenos resultados a nivel de la Ciudad de México y se está fomentando en cada una de las alcaldías”, refirió; además, todo este trabajo se refleja también en otras instituciones educativas.
Desde la UNAM también hay otros esfuerzos, como en la Red del Agua. Jorge Arriaga Medina, explicó que todos tenemos la responsabilidad de cuidar el agua. La universidad plantea la seguridad híbrida como su principal enfoque. También habló del modelo de economía circular:
“Esto implica dejar atrás este modelo lineal donde lo que hacemos es extraer el agua, tratarla, distribuirla y usarla de manera muy deficiente, en muchos casos, a veces la llevamos al drenaje. En algunas ocasiones se trata y después se tira a otro cuerpo de agua. Queremos transitar de este modelo lineal a realmente una economía circular, donde analicemos también los nexos que existen entre el agua, la energía y la naturaleza. Y queremos generar lo que nosotros llamamos ciudades hidrointeligentes”, lo que significa tener una gestión de agua usando las tecnologías de la información y comunicación.”
Además, aunado a ello, en las ciudades hidrointeligentes habitan ciudadanos hidrointeligentes, “es decir, aquellos que son capaces de tomar decisiones informadas en de acuerdo con el lugar que tienen en el sistema”, reiteró.
Ciudad universitaria tiene acciones que se llevan a cabo considerando las 180,000 personas que albergan diariamente en 730 hectáreas, de las que 200 son áreas verdes, por lo que los retos a los que se ha enfrentado son oportunidades y aprendizajes que otras instituciones pueden retomar para alcanzar sus objetivos del cuidado del agua.
Por otro lado, Marcela Villar, comentó cómo participa la UnADM y presentó uno de los proyectos terminales de la estudiante Paty Jiménez, de la ingeniería en Tecnología Ambiental, quien a través de diversas metodologías instaló un sistema de captación de agua en una escuela secundaria técnica del Estado de México, Ixtapaluca, debido a que constantemente cerraban sus instalaciones por la escasez del agua.
Como este, hay más proyectos en los que las estudiantes y los estudiantes participan abordando estas problemáticas mediante trabajos finales que promueven acciones para el cuidado de esta sustancia vital.
Asimismo, la responsable del programa presentó una calculadora de huella hídrica para que podamos conocer más de este recurso, saber cuánto consumimos, conocer tips y encontrar diferentes herramientas educativas que nos ayudarán a entender más este fenómeno; lo pueden encontrar en el siguiente enlace: watercalculator.org.
Finalmente, Omar Reyes Martínez nos platicó un poco sobre la planta de tratamiento de agua residual que tiene la FES,
La FES Acatlán tiene una comunidad aproximada de 34 mil personas entre trabajadores, alumnos, maestros, etc. Y obtiene su agua de un pozo para dar agua de primer uso. El agua de servicio se utiliza en regaderas, sanitarios, cafeterías, etc. Y sí, hacemos lo que se puede por mantener o eliminar, evitar esas fugas o ese mal uso, pero finalmente tenemos agua de uso que se va drenaje municipal, es ahí donde entra la planta de tratamiento de aguas residuales de la facultad. Una planta de tratamiento no es más que un sistema con tratamientos físicos, químicos, biológicos, fisicoquímicos, etc. que le permite dar un segundo uso a esta agua, a esta agua que ya fue usada, no un rehúso, digamos, y en el caso de la facultad, el rehúso se da en áreas verdes de la zona deportiva. El objetivo básico de la planta es disminuir el uso del agua potable en esta zona de riego.
Para conocer o trabajar en esta planta de tratamiento, Omar Reyes invitó a los estudiantes de la UnADM a hacer sus prácticas profesionales o visitar la planta, con la finalidad de realizar sus proyectos.
Puedes ver la videotransmisión completa del Reto en https://www.unadmexico.mx/retos/reto-17.