Carlos Augusto Sánchez Morales
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Maestro en la Universidad Abierta y a Distancia de México

Fabiola Mejía Martínez
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Egresada de la carrera en Psicología
Instituto Politécnico Nacional

Diana Orozco García
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Licenciada en Administración Estratégica
Universidad Intercontinental

El éxito en los entornos educativos está estrechamente vinculado al liderazgo efectivo y a la motivación del equipo docente. Si bien los equipos de trabajo desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento de las instituciones educativas, es crucial contar con una figura que guíe, inspire y dirija a este grupo hacia metas comunes.

Un líder, según la Real Academia Española, es una "persona que dirige u orienta a un grupo, el cual reconoce su autoridad". Sin embargo, es importante destacar que un buen líder en el ámbito educativo no solo establece pautas, sino que también actúa como mentor, modelo a seguir y defensor de los integrantes de su equipo en todos los contextos escolares. Posee habilidades pedagógicas y conocimientos en su área de enseñanza, así como la capacidad de comunicarse de manera clara y persuasiva, tomar decisiones difíciles y motivar a su equipo incluso en situaciones adversas.

La motivación en el ámbito educativo es lo que impulsa a los estudiantes a dar lo mejor de sí mismos en cada una de sus tareas. Cuando estos se encuentran motivados, el proceso de aprendizaje es más cómodo y simple. Entonces los maestros que comprenden las necesidades individuales de sus estudiantes y pueden adaptar su estilo de enseñanza en consecuencia, son los que pueden inspirar un alto nivel de motivación en sus equipos. Esto no solo conduce a un ambiente de trabajo más positivo y colaborativo, sino también a una disminución de la deserción escolar.

Por esta razón, se sugiere que los contenidos impartidos en el aula sean cercanos a los intereses y necesidades del estudiantado, es decir, se podrían priorizar los contenidos relevantes y aplicables a la vida cotidiana de los estudiantes dentro del plan de estudios, pues de esta forma contribuimos significativamente a mantener su motivación y compromiso con el aprendizaje.

Además, la transmisión de la pasión y alegría de los maestros o maestras por la materia que imparten puede crear un ambiente relajado y distendido en el aula, lo que aumentaría la confianza, el interés del estudiantado y, con ello, su motivación.

En concreto, se sabe que la relación maestro-estudiante, y su calidad de enseñanza afecta al rendimiento de los estudiantes (Bolarin, M., et al., 2015, p. 601).

Vale decir que como en todo lo que corresponde a la interacción humana, debemos ajustarnos a las circunstancias que nos acompañan, en ese orden resulta fundamental indicar que existen más de diez tipos de liderazgo, cada uno con características propias y enfoques, aunque es preciso reconocer que muchos líderes combinan estilos de liderazgo según las necesidades y situaciones a las que se enfrentan. A continuación, presentamos algunos estilos:

Liderazgo autocrático: este tipo de liderazgo se caracteriza por la toma de decisiones centralizada por parte del líder, sin consultar a los subordinados. Un ejemplo sería un maestro que impone reglas estrictas y espera obediencia sin cuestionamientos.

Liderazgo democrático: el líder democrático fomenta la participación de los miembros del equipo en la toma de decisiones. Un ejemplo sería una maestra que discute la forma de evaluar o el método de enseñanza con sus estudiantes y las decisiones se toman de manera conjunta.

Liderazgo transaccional: se basa en un intercambio entre el líder y los seguidores, donde se establecen recompensas y castigos para el cumplimiento de objetivos. Un ejemplo sería un maestro que ofrece bonificaciones o reconocimiento a los alumnos que cumplen con sus objetivos (Asana, 2021).

¿Crees que no tienes habilidades de líder?

Pues no es así, ¡todos podemos serlo! Hay investigaciones que han demostrado que existen conductas características de líderes efectivos, y las conductas a diferencia de los rasgos se pueden aprender, y estas se basan en aprender a desempeñar dos funciones básicas: las funciones relativas a las tareas o de la solución de problemas, y las funciones destinadas a mantener la cohesión del grupo o las interacciones sociales. Sin embargo, puede ser que aun así creas que no podrías con alguna de estas funciones; algunos estudios han arrojado que los grupos más efectivos tienen alguna forma de liderazgo compartido: una persona se encarga de la función de las tareas y otro miembro se encarga de la función social, en el caso del aula el binomio podría ser así: maestra-estudiante colaborativo (Stoner, Freeman & Gilbert, 1996).

Por todo lo anterior podemos decir que cuando el liderazgo y la motivación se combinan de manera efectiva en el entorno educativo, los resultados son altamente positivos, esto es así, pues en el momento en que los maestros o maestras líderes comprenden las necesidades individuales de sus estudiantes y pueden adaptar su estilo de liderazgo, son capaces de inspirar un alto nivel de motivación en todo el equipo, lo que fomenta un ambiente escolar más positivo y colaborativo. 


¿Te gustaría saber más sobre el tema? Aquí te dejamos opciones para que profundices en él:

6 tipos de liderazgo que como docente debes conocer: https://educrea.cl/6-tipos-de-liderazgo-que-como-docente-debes-conocer/
Libro Las 21 leyes irrefutables del liderazgo de John C. Maxwell.

Referencias

Asana (2021). 11 estilos de liderazgo y cómo encontrar el tuyo, disponible en https://asana.com/es/resources/leadership-styles

Bolarin, M., Porto, M., Martinez, N., & Méndez, R.  (2015). “Dimensiones de la Motivación desde la perspectiva del alumnado: 20 años investigación”. Psicologia em Estudo, 20(4), 599-610.

Real Academia Española. Diccionario panhispánico de dudas (DPD) [en línea], 2.ª edición (versión provisional). [Consulta: 01/04/2024].
Stoner, J., Freeman, R. & Gilbert, D. (1996) Administración. Sexta edición. Pearson.