De acuerdo con el Informe Mundial sobre las mujeres en el turismo (OMT, 2019), el 54 % de quienes se emplean en el sector son mujeres, esto es evidencia de lo bien representadas que están dentro de la fuerza laboral; sin embargo, esto no significa que estén ocupando trabajos ni bien remunerados ni en las mejores condiciones laborales.
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT) (2019), las problemáticas más importantes en relación a los empleos ocupados por las mujeres a nivel global en el sector son: la segregación por género, el bajo nivel de representación de las mujeres en empleos directivos y ejecutivos, los riesgos de la violencia de género y los estereotipos presentes en la estructura ocupacional.
Desde la perspectiva sociocultural, se puede afirmar que muchas de estas problemáticas están fundamentadas en los roles y estereotipos de género socialmente establecidos, los cuales están profundamente incorporados en los diferentes puestos que conforman la estructura ocupacional, en el diseño de los espacios, en la determinación de los salarios y en otros aspectos que definen la vida laboral de las personas en las organizaciones turísticas.
Lo anterior, ha originado que -particularmente- las mujeres desempeñen actividades vinculadas con el trabajo doméstico y de cuidados; de tal forma que, regularmente, desarrollan actividades relacionadas con la preparación de alimentos en las cocinas de los restaurantes, la limpieza de las habitaciones, la atención directa a clientes/huéspedes y, en otras actividades que además de ser infravaloradas, se piensa que no requieren de altas remuneraciones (Abellán, Izcara, & Salvador, 2020). Para González (1999), los estereotipos y roles de género propician un trato discriminarorio y legitiman la superioridad y autoafirmación de los hombres sobre las mujeres en los espacios de trabajo.
Con la finalidad de evidenciar los planteamientos anteriores, nos dimos a la tarea de realizar un estudio en la ciudad turística de Mazatlán, Sinaloa que tuvo por objetivo identificar las formas en que se manifiestan los roles y los estereotipos de género en las actividades que desarrollan las mujeres que trabajan en diversos establecimientos de alojamiento ubicados en la Zona Dorada de la ciudad turística de Mazatlán, Sinaloa.
Durante el año 2022, aplicamos aproximadamente 600 cuestionarios a mujeres que trabajan en hoteles de 4 y 5 estrellas y resorts de lujo en la zona. Esta investigación se desarrolla en el marco del proyecto Cartografías urbanas. Análisis de la resignificación del espacio público desde la experiencia de la población local de Mazatlán como entorno turístico, financiado por la Universidad Autónoma del Occidente.
Como parte de los resultados preliminares observamos que la mayoría de las mujeres encuestadas ocupan puestos de recamaristas y amas de llaves, los cuales han mantenido a lo largo de su trayectoria laboral. De acuerdo con las encuestadas, algunos puestos como el de amas de llaves, recamarista, cajera, anfitriona (hostess) y recepcionista están ocupados exclusivamente por mujeres en las organizaciones para las que laboran. A esta tendencia discriminatoria de mantener a las mujeres trabajadoras en los niveles más bajos de la pirámide ocupacional se le conoce con la metáfora del “suelo pegajoso” que, por supuesto, está asociada a barreras profesionales, pero también personales que impiden su ascenso profesional (Abellán, Izcara, & Salvador, 2020; Camarena & Saavedra, 2015).
Igualmente, se identifican algunas actividades que están altamente estereotipadas y relacionadas con características consideradas “naturalmente” como masculinas (rapidez, fuerza, virilidad, entre otros), a las que, por supuesto, las mujeres son escasamente incorporadas, tales como la preparación de bebidas en el bar o los trabajos de mantenimiento.
La presencia de las mujeres es significativamente inferior en los puestos administrativos y, aún más, en los directivos (gerente de área o de la organización); generalmente, esto se encuentra relacionado con el conjunto de obstáculos creados por prejuicios actitudinales y organizacionales impuestos a las mujeres, lo que les impiden acceder a cargos directivos; a estas barreras se les conoce como el “techo de cristal”. En este caso, las encuestadas manifestaron su deseo de crecimiento laboral y profesional, sin embargo, la falta de tiempo para profesionalizarse, la carencia de recursos e incluso la maternidad la perciben como una limitante en su crecimiento profesional, debido a que en las organizaciones prefieren contratar o ascender de puesto a personas solteras y que no estén al cuidado de las infancias.
Otro aspecto importante de esta investigación es el aspecto físico como condicionante para ocupar ciertas posiciones en este tipo de organizaciones turísticas. Algunas características en su fisonomía (delgadez, piel blanca, juventud, entre otros) son altamente valoradas, sobre todo, para los puestos de contacto con las y los huéspedes. Algunas de las mujeres encuestadas consideran que aquellas que cumplen con los requerimientos de los perfiles requeridos por las organizaciones les resulta más fácil acceder a ciertos puestos e incluso escalar en la pirámide ocupacional.
Si bien, los argumentos que se presentan ya han sido revisados por otros y otras académicas interesadas en el tema, es importante señalar que las desigualdades de género son un desafío para las organizaciones turísticas porque se trata de una problemática que emana de la cultura patriarcal androcéntrica presente en los distintos ámbitos de nuestras sociedades (Coffey et al., 2022; Riach y Wilson, 2014). De esta forma, las organizaciones no sólo se enfrentan al reto de establecer y reforzar mecanismos internos para la disminuir la brecha de género en los lugares de trabajo sino también de observar otras barreras que se gestan en la vida social y familiar de sus empleadas (machismo, dificultad para conciliar la vida laboral y la maternidad, la oposición familiar, entre otras).
En este caso, se abordan los roles y los estereotipos de género por su incidencia sobre la precarización y flexibilización del empleo de las mujeres; no obstante, la desigualdad de género en los lugares de trabajo es una problemática más amplia que puede manifestarse no sólo en el diseño de los perfiles de los puestos, también en la organización de los espacios de trabajo, en la asignación de los salarios, en la aplicación igualitaria de la normatividad, entre otros aspectos. En este sentido, este trabajo es un llamado a reflexionar sobre las acciones que desde la academia, el sector empresarial y la sociedad podemos emprender para contribuir a disminuir las desigualdades de género en el conjunto de la sociedad.
Para conocer más sobre el proyecto puedes escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Será enriquecedor encontrar espacios de colaboración.
Referencias
Abellán, N., Izcara, C. y Salvador, M. (2020). Feminización del empleo turístico y precariedad laboral. Revista Turismo Estudos & Práticas, 9, 1-13. https://geplat.com/rtep/index.php/tourism/article/view/662
Camarena, M. E. y Saavedra, M. L. (2015). El techo de cristal en México. La Ventana, (47), 312-347. https://doi.org/10.32870/lv.v5i47.6680
Coffey, J., Farrugia, D., Gill, R., Threadgold, S., Sharp, M. y Adkins, L. (2022). Feminity work: The gendered politics of women managing violence in bar work. Gender Work Organization, 30 (5), 1694-1708. https://doi.org/10.1111/gwao.13006
Organización Mundial del Turismo . (2019 ). Informen mundial sobre las mujeres en el turismo. Segunda edición. OMT.
Riach, K. y Wilson, F. (2014). Body space at the pub: sexual orientations and organizational space. Organization, 21 (3), 329-345. https://doi.org/10.1177/1350508413519767