El Maestro Francisco Taibo, director del Fondo de Cultura Económica, nos comparte sus opiniones.
En los últimos años hemos sido testigos de una revuelta social que ha tomado tintes electorales, producto del hastío de una gran parte de la población mexicana, entre los que destacan dirigentes sociales, campesinos, políticos, indígenas, obreros, profesionales, estudiantes, de todas las clases sociales y de todos los sectores.
Un gobierno progresista difícil de definir. Sin embargo, lo que sí resulta claro es la confrontación de este gobierno con el viejo país político. Una revuelta donde encontramos un proceso de descomposición y autodestrucción de los partidos políticos conservadores. Pero también hallamos una revuelta donde un sector reactivo contra el cambio se manifiesta en un nuevo conglomerado de fuerzas difíciles de caracterizar sociológicamente. Es un duelo.
Hasta ahora hemos usado el término revolución como un término de confrontación. Pero, en la revolución de las conciencias, el haber elegido la vía electoral nos da un combate en términos de organización y conciencia que no tiene nada que ver con una lucha armada.
La conciencia es el reflejo de la realidad en la cabeza de cada individuo. Todos somos conscientes, pero de formas diferentes. Hoy existe un proceso de revolución de conciencias debido a que todo cambio social moviliza. Todo momento de crisis social genera desarrollos masivos de la conciencia. Se construyen nuevas mayorías a partir de una conciencia.
¿Qué pasa con la historia?
La historia no se repite. Es una advertencia más que una realidad. Pero ¿cómo formamos historiadores que enseñen historia de una manera más interesante? Fácil. Se debe contar al pueblo sobre su pasado. Se debe combatir contra una vieja manera de estudiar historia.
Su estudio se encasilló en una estructura reproductiva donde maestros de historia daban clases de historia para crear maestros de historia que darían clases de historia. La esencia de la historia se ha perdido en las instituciones educativas. Las escuelas no cuentan con instrumentos de narración porque se le ha dado más importancia a la investigación.
La historia es apasionante. Su esencia responde a tres preguntas simples: ¿de dónde venimos?, ¿quiénes somos? y ¿a dónde vamos? Es un gran instrumento constructor de esta ideología básica y primaria, pero eficiente de identidad.
El que tiene más preguntas tiene más talento que el que tiene más respuestas. Toda esa estructura de quitarle brillo a la historia es lo que se debe evitar. Hay que insistir en la enseñanza de la historia para “calentarla” y llenarla de anécdotas y personajes realistas observados desde la crítica.
Aunque somos generaciones muy diferentes con contextos diferentes, una de las cosas que tenemos en común es la juventud. Un concepto que no es un eterno, es continuo, ya que la vejez llega. Por ello, debemos discutir en todas las instituciones educativas del país sobre el futuro: ¿qué es? y ¿cómo pensar en él? Solo así vamos a poder pensar en el presente y una buena ayuda es pensar en el pasado. La construcción de una identidad histórica.
Webinario: ¿Revuelta o revolución de las conciencias?
Canal UnADM (2021, 28 de septiembre). ¿Revuelta o revolución de las conciencias? [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=H-8bUgDtS10
Maestro Francisco Ignacio Taibo Mahojo, director del Fondo de Cultura Económica.