Se hacen políticas públicas, se dan tabletas para eliminar la brecha digital de género, pero, ¿quién se está encargando efectivamente de generar espacios y condiciones para la educación digital, para la prevención de la violencia y para la eliminar las desigualdades?, incluso, cuando llevas internet para las comunidades mayas, para las comunidades indígenas, para las personas con discapacidad visual, discapacidad auditiva…; el algoritmo es machista y patriarcal.
¿Igualdad con quién queremos? Con un hombre que, por la falta de políticas antidrogas, les llamamos drogadictos, igual está ahí pidiendo limosna en cada semáforo de la Ciudad de México, no, nosotras no queremos igualdad, nosotras queremos la muerte de un sistema patriarcal que nos oprime a todas y a todos, que nos jode a todas y a todos, sí, pero que se ensaña contra las mujeres y las niñas.
Ley Olimpia es una causa, nosotras no deseamos que estén todos los hombres en la cárcel, no, no se trata de eso, no es directo con ustedes, es una deuda histórica que se tiene. Digo esto porque desgraciadamente el 98% las víctimas de violencia somos mujeres, 1 de cada 10 delitos en el país son hacia hombres por otros hombres.
Ser feminista es lo más bonito que me ha dejado la lucha. Y fue bonito haber aprendido y estar aprendiendo con base en un escenario de dolor. Ojalá me hubiesen enseñado eso en la escuela, ojalá me hubiesen enseñado a ser feminista en la primaria. Tal vez no hubiese permitido que un maestro me agarrara las piernas para pasar matemáticas.