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Primero fue la voz,
luego la palabra,
 y, por último, la letra
Adolfo Colombres

Las lenguas más habladas en México son el español, el náhuatl, el maya y el tseltal (INEGI, 2020); le siguen otras 65 lenguas. Todas y cada una de ellas son consideradas lenguas nacionales por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Dependiendo de la cultura en la que nazcamos, es como nos apropiamos de la lengua de nuestros padres y ancestros. La primera lengua que aprendemos, la que nos enseñan las personas que nos crían y con la cual nos comunicamos con la gente de nuestro entorno se le denomina lengua materna.

Para comprender la importancia y resaltar el valor cultural de las 69 lenguas maternas que se hablan en nuestro país, es necesario recorrer distintos pasajes de la historia de los pueblos originarios en relación con el poderío europeo.

El historiador mexicano Edmundo O´Gorman en su obra La invención de América, señala que desde 1492 y durante todo el siglo XVI, fue cuando Europa se posicionó como el referente civilizatorio y en ese sentido “los valores y las creencias de la civilización europea se ofrecen como paradigma histórico y norma suprema para enjuiciar y valorar a las demás civilizaciones” (O´ Gorman, 2014: 189). Considerado lo anterior, fue en América que los europeos vieron la posibilidad de implantar su modelo: gobierno, política, religión y lenguas.

Durante los siglos XVI y XVII, los frailes europeos realizaron aportaciones invaluables en el conocimiento de distintas lenguas originarias de este continente, con el objetivo de convertir al cristianismo a la población. Por ejemplo, en el segundo viaje de Cristóbal Colón, dentro de la tripulación lo acompañaba el monje Ramón Fané, quien logró comprender el taíno-arahuaco con lo que logró "enterarse de las creencias de quienes habitaban la isla de Haití y dar cuenta de ellas […]” (León-Portilla, 2002: VI).

El conocimiento de las lenguas desde los primeros momentos de la relación entre europeos con los pobladores originarios de América fue crucial. El ejemplo paradigmático fue Malintzin, quien llegó a tener dominio de las lenguas maya, náhuatl y español.

El interés por conocer las lenguas del Nuevo Mundo continuó. Los frailes en tiempos muy tempranos elaboraron distintas gramáticas. Así, el primero de enero de 1547 se concluyó el Arte de la lengua mexicana; posteriormente, en 1558, se publicó el Arte de la lengua de Michoacán; y en 1560 apareció la Grammática o Arte de la Lengua General de los Indios de los Reinos del Perú (León-Portilla, 2002: VI). Estas gramáticas fueron los primeros esfuerzos que dotaron de la tecnología de la escritura alfabética (Ong, 1996: 84) a las lenguas originarias de América y fue en los conventos en los que se alfabetizó y castellanizó a los hijos de las élites de los pueblos originarios.

Posteriormente, en 1580, el rey Felipe II dispuso “que se impartieran cursos de las lenguas generales en las universidades de México y Lima” (Guzmán, 2018). La instrucción no se acató inmediatamente, sino hasta 1640 cuando se inauguraron los cursos en la universidad, lo cual detonó una amplia variedad de publicaciones en otras lenguas como el zapoteco, chinanteco, maya, otomí y mixteco.

Estos esfuerzos de escritura se hicieron, primordialmente, ante “la necesidad de transmitir mensajes y contenidos ideológicos y culturales a las etnias americanas, debido a la imposibilidad –o incluso la inconveniencia– de hacerles adoptar el castellano –de grado o por fuerza– con la rapidez que lo requerían las circunstancias” (Guzmán, 2018).

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Al respecto, el escritor zapoteco Javier Castellanos señala que “los primeros escritores [indígenas] pudieron escribir mientras sus escritos fueran útiles para consolidar la conquista y el despojo a todos los pueblos, y coincidentemente, una vez que la colonia se consolidó, dejó de haber escritores indígenas” (Castellanos, 2018).

Cabe precisar que durante el virreinato las decenas de lenguas que se hablaban gozaban de pujante vitalidad. Si bien la tecnología de la escritura la dominaron muy pocas personas, en la oralidad las lenguas continuaron con sus innovaciones, creaciones y transmisión de conocimiento.

Con la independencia, el panorama de las lenguas de nuestro país se vio agresivamente afectado. Miguel León-Portilla, en su obra Independencia, Reforma, Revolución ¿y los indios qué?, refiere que

a partir de la Constitución de Cádiz (1812) […] y en la que se expidió en 1824 consumada la Independencia […] los indígenas fueron perdiendo los derechos en que se fundaba su personalidad jurídica. Al hacerse a un lado las distinciones étnicas, […] trajo consigo nuevas formas de marginación […] la salvaguardia de sus lenguas […] quedaron en grave peligro de desaparecer (León-Portilla, 2011).

Las élites mexicanas decimonónicas consideraron al plurilingüismo como un problema; tendencia que llegó al siglo XX. Y fue precisamente por la lengua española que se ha pretendido “la incorporación de los indígenas” al modelo de nación que surgió después de la independencia de México, porque “la idea subyacente era que, para integrar al país, era necesario difundir y aún imponer el castellano” (León-Portilla, 2011).

La escuela fue la institución en la que se castellanizó a la población que tenía como lengua materna una distinta a la española. De esta forma, el Estado mexicano también truncó la posibilidad de que las lenguas originarias desarrollaran la tecnología de la escritura: “resulta que hoy en día hay pueblos con sus propios idiomas que no han tenido la oportunidad de utilizar la escritura para registrar sus emociones” (Castellanos, 2018), y el camino para la creación literaria es más complejo, pues “un escritor no indígena de cualquier lugar, desde niño tiene las posibilidades de ir cultivando su vocación, su aptitud; mientras que un escritor indígena, desde niño empieza su lucha por aprender otra lengua que no es la suya, la cual le exigen saber en la escuela, sin la menor posibilidad de conocer la suya, menos de cultivarla o utilizarla para hacer sus primeros ensayos con la literatura” (Castellanos, 2018).

Si bien las campañas de castellanización tuvieron éxito para impedir el pleno desarrollo de la literatura en otras lenguas distintas al español, fue también durante el siglo XX que innumerables comunidades perdieron su lengua materna ya que los padres dejaron de transmitirla a sus hijos, debido a la marginación que representaba ser hablante de otra que no fuera el español (Flores, 2016).

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Actualmente, 23 lenguas nacionales corren peligro de desaparecer, se trata del cakchiquel, chichimeca jonaz, chocho, chuj, cochimí, cucapá, guarijío, ixcateco, ixil, jacalteco, kekchí, kicapú, kiliwa, kumiai, lacandón, matlatzinca, mocho, paipai, pápago, pima, quiché, seri y tlahuica (Secretaría de Cultura, 2016).

Este riesgo cobra mayor dimensión cuando se tiene en cuenta que “las lenguas encierran en sí mismas cosmovisiones que explican las particularidades de las estructuras lingüísticas, las expresiones idiomáticas y, en total, la idiosincrasia de idiomas determinados […]” (Lenkersdorf, 2005).

Si bien el camino de las lenguas maternas mexicanas distintas al español ha sido históricamente adverso, vale la pena resaltar cómo la lengua española de México ha dado frutos de distinta índole. En primer lugar, el español que hablamos en México ha incorporado palabras del náhuatl, zapoteco, purépecha, y maya, por mencionar algunos ejemplos.

Por otro lado, fue un académico mexicano, don Antonio Castro Leal, quien propuso “durante una reunión de la Unesco […], que nuestro idioma [el español] fuese al lado del inglés y del francés, la otra lengua internacional del organismo” (Montemayor, 2010). Propuesta que defendió y logró que la Unesco reconociera al español como tercera lengua internacional.

De esta manera, tenemos en nuestro país una lengua materna, que es de carácter internacional, y 68 lenguas maternas que presentan distintos niveles de expresión. En el terreno de la oralidad hay distintas manifestaciones culturales como las pirekuas que se cantan en lengua purépecha; por el lado de la escritura, es nuestro siglo, el XXI, en el que se ha revitalizado la literatura en las lenguas de los pueblos originarios.

El derecho a hablar, expresarse y disfrutar de las expresiones artísticas, políticas y culturales en la lengua materna y a ser escuchado, leído, reconocido, valorado y respetado ha pasado por distintas formas de lucha en todo el mundo.

En el año de 1952, en Bangladesh, un grupo de estudiantes hablantes del bengalí, demandaban que su lengua materna fuera considerada lengua oficial por el gobierno de Pakistán (en aquellos años formaban parte de ese país); tres de esos estudiantes fueron asesinados por la policía. Esta manifestación fue un 21 de febrero y en honor a ellos la Unesco, en el año de 1999, estableció esta fecha para conmemorar el Día de la Lengua Materna. A partir de aquí, en todo el mundo se ha reconocido esta fecha para recordar las otras maneras de ver el mundo a través de la lengua. 

Los países europeos no son ajenos a estas problemáticas. En España, durante el franquismo, la lengua vasca fue reprimida por considerarse un “instrumento antiespañol” (Pablo, 2009). Otro caso fue la revuelta de 1967, en Croacia, en la que los croatas no consideraban que su lengua fuera tratada como una variante  de la lengua serbo-croata común (Bugarski, 1997). Por otro lado, en 1999, el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa emitió la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias. Este instrumento ha permitido, por ejemplo, considerar al bajo alemán como una lengua, y no como un dialecto del alto alemán (Mellado, 2005).

Para concluir, hacemos eco del mensaje del maestro maya José Manuel Poot Cahun quien dice: “hay que dejar claro que la lengua no es sólo para comunicarse, sino también para enseñar arte, educar, transmitir y construir conocimiento” (Poot, 2023).

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Referencias 


Bugarski, R. (1997). Lengua, nacionalismo y la desintegración de Yugoslavia. Revista de Antropología Social, No. 6, UCM.
Castellanos, J. (2018). Literatura y lengua: semillas fértiles para los pueblos originarios de México: un punto de vista crítico sobre la literatura indígena: bilingüe = Yelawezoja nha: xtillodxo binne da charga radjo yelle warall che México: To xbaba nallara che dan nhe´ yelawezoja dilla warall, México, UNAM, Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad.   
Colombres, A. (2010). Celebración del lenguaje: hacia una teoría intelectual de la literatura, Buenos Aires, Del Sol.
Flores, R. (2016). Mixquic: Su historia entre coyunturas (1895-2014), México, Autoridad de la Zona Patrimonio Mundial, Amigos de Mixquic A.C. 
Guzmán, I. (2018). Los estudios sobre lenguas indígenas en el siglo XVII, Enciclopedia de la literatura en México, México, Fundación para las Letras Mexicanas, disponible en: http://www.elem.mx/estgrp/datos/166
INEGI. (2022). Hablantes de lengua indígena, disponible en: https://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/lindigena.aspx
Lenkersdorf, C. (2005). Filosofar en clave tojolabal, México, Miguel Ángel Porrúa.
León-Portilla, M. (2002). “Estudio introductorio”, en: Olmos, A. Arte de la Lengua Mexicana. Concluido en el convento de San Andrés de Ueytlalpan en la provincia de Totonacapan que es la Nueva España el 1o de enero de 1547, México, UNAM.
León-Portilla, M. (2011). Independencia, Reforma, Revolución, ¿y los indios qué?, México, CONACULTA, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas.  
Montemayor, C. (2010). La tradición literaria en los escritores mexicanos (orígenes de la tradición nacional). Discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua 14 de marzo de 1985, México, UNAM, Academia Mexicana de la Lengua.
O´Gorman, E. (2014). La invención de América: investigación acerca de la estructura histórica del Nuevo Mundo y del sentido de su devenir, México, Fondo de Cultura Económica.
Ong, W. (1996). Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, México, Fondo de Cultura Económica.  
Poot, J. (2023). José Manuel Poot Cahun, mediador del Club Virtual de Lenguas de UnADM
Secretaría de Cultura, (2016). Lenguas indígenas en riesgo de desaparecer, disponible en: https://www.gob.mx/inpi/articulos/lenguas-indigenas-en-riesgo-de-desaparecer
Pablo, S. (2009). Lengua e identidad nacional en el País Vasco: Del franquismo a la democracia. Le discours sur les «langues d’Espagne», Francia, Presses universitaires de Perpignan, disponible en: https://books.openedition.org/pupvd/303?lang=es


Fotografías e imágenes:

Fotografías e imágenes: Tania Velasco, Rebeca Mazón, Vladimir Balderas, Ricardo Flores y Freepik.