Carlos Orlando Cárdenas Nambo
Coordinación de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
¿Evitas el hate hacia tus colegas o docentes? ¿Redactas con cuidado tus mensajes públicos? ¿Te aseguras de no dejar a nadie en visto ni enviar mensajes al chat equivocado? ¿Usas emoticones amables, expresiones como “porfa” o “excelente día” y stickers coloridos para prevenir malentendidos y fomentar un diálogo digital sano en tu aula o espacio laboral?
Estas conductas forman parte de las rutinas y normas de netiqueta en entornos escolares y profesionales. Hace menos de cinco años, estos cuidados eran menos frecuentes: abundaban los malentendidos, ya fuera por la extensión excesiva de las clases, la falta de didáctica, las limitaciones tecnológicas (Chanto Espinoza y Loálciga Gutiérrez, 2022) o simplemente porque el entorno digital aún se percibía como algo emergente.
Fue la pandemia la que aceleró la adopción de estos escenarios comunicativos. Durante la crisis sanitaria, se señalaba que los grandes cambios educativos suelen estar impulsados por factores externos, ya que estos obligan a modificar tanto las formas de enseñanza como la gestión institucional (Ziegler, s.f.).Hoyes común ver sesiones del Congreso de la Unión transmitidas por televisión o a estudiantes tomando clases desde el caos de su habitación.
Aunque la interacción constante ha promovido la cordialidad en los ambientes digitales de aprendizaje y en la comunicación laboral, en 2025 el debate en torno a los aranceles ha relegado la etiqueta, la mesura en el lenguaje y la contención de impulsos. En su lugar, han surgido de estrategias más “efectivas” de diálogo, comunicación y negociación entre países. Estas estrategias han oscilado entre la usual cordialidad táctica y la amenaza, el exabrupto y la grosería sin filtro.
El conflicto ya se asoma sin recato en este contexto, y las instituciones de educación superior deberían servir de contrapeso para evitar que esa desenfrenada polémica desatada por “negociaciones” en torno a los aranceles, permee en aulas y foros educativos, chats y mensajería instantánea o, quizá, el trabajo en equipo y las discusiones en ámbitos escolares o laborales; todo ello inserto en circunstancias en las que la manera de difundir, replicar y divulgar la información se ha vuelto problemática y peligrosa.
Lo anterior da pie a preguntarse qué significa el diálogo, la comunicación y la negociación en esta era digital.
Diálogo, comunicación y negociación
¿Escuchaste la noticia sobre la capacidad de cognición colectiva entre hormigas para resolver un problema que requería unir esfuerzos y superar un obstáculo? Estos diminutos seres (en específico, las hormigas locas de cuernos largos) lo resolvieron sin demora y sin conflictos. En cambio, ante la misma prueba, los Homo sapiens sapiens tardaron un poco más en superar el reto debido a “interferencias” en la comunicación: desacuerdos, múltiples puntos de vista o falta de coordinación de esfuerzos (Dreyer et al., 2024). Aunque la comunicación es inherente a todos los seres vivos del planeta, solo los seres humanos necesitan dialogar y negociar, dada la complejidad que implica vivir en sociedad.
Diálogo, comunicación y negociación son procesos estrechamente interconectados. La comunicación implica transmitir información por diversos canales: orales, escritos, visuales o digitales. El diálogo, en cambio, es una comunicación bidireccional en la que los participantes buscan comprensión mutua. Finalmente, la negociación es un proceso mediante en el que las partes intentan alcanzar acuerdos mediante del intercambio de propuestas y concesiones.
En este sentido, el diálogo constructivo es la piedra angular de cualquier proceso de negociación. Sin un intercambio abierto de ideas, el acuerdo se convierte en un simple ejercicio de imposición de posturas, lo que puede generar conflictos en lugar de soluciones. Numerosos casos, tanto en la esfera de la diplomacia internacional como en la vida cotidiana, demuestran que las tensiones y conflictos pueden desahogarse mediante procesos de negociación construidos con la materia prima del diálogo: la empatía, la escucha activa y la búsqueda del beneficio mutuo. Lo contrario conduce a un impasse, un punto muerto o, simplemente, un callejón sin salida en la interacción.
Este tipo de obstáculos en la comunicación deben evitarse en el ámbito educativo digital, que implica mucho más que dar un par de clics, enviar mensajes, abrir pantallas, activar la cámara y hablar sin cesar, o, por el contrario, permanecer en silencio. La comunicación, el diálogo y la negociación son aún más necesarios para el aprendizaje autónomo y la colaboración entre estudiantes, docentes e instituciones que interactúan y colaboran a la distancia.
Considera que hoy en día se interactúa tanto o más a través de una pantalla de celular o computadora que cara a cara; de hecho, hay quienes prefieren este tipo de acercamiento social, incluidas las interacciones educativas. No contar con las habilidades mencionadas podría acarrear problemas de integración, aislamiento y otros conflictos relacionados (Rubio Hernández et al., 2024).
De la bola de cristal a la pantalla LED
La interacción, la charla o la visualización a distancia no son actividades nuevas, al menos no en el mundo de la ficción, donde las bolas mágicas de cristal y los espejos vencían el tiempo y la distancia para que las personas se comunicaran entre sí. Ahora que es una realidad, deberíamos dar un refresh a las dimensiones que adquiere la comunicación digital, basada actualmente en pantallas casi líquidas y plataformas digitales (Méndez Colmenares, s. f.):
- Comunicación asincrónica: se da a través de foros de discusión, correos electrónicos y diversas plataformas. Permite a quienes interactúan reflexionar antes de responder, lo que promueve un diálogo más estructurado y argumentado.
- Comunicación sincrónica: ocurre en sesiones en vivo mediante videoconferencias o chats. Facilita la interacción en tiempo real y fortalece el sentido de comunidad, especialmente entre estudiantes y docentes.
- Diálogo reflexivo: en la educación a distancia, el diálogo no solo es un intercambio de información, sino también una herramienta de aprendizaje en la que el estudiante debe autoevaluarse y desarrollar el pensamiento crítico.
Pero no todo ha sido tan fácil como en leyendas y mitos. Ya desde 2009, cuando lo digital comenzaba a acompañar a las acciones educativas, se hablaba de la necesidad de analizar los códigos que docentes y estudiantes utilizaban para comunicarse, interactuar y aprender en esa década de “virtualidad”. Entonces, se trataba de “suplir la mirada y los gestos mediante la palabra escrita, así como con una serie de símbolos con los cuales [el estudiantado] expresa sus emociones” (Pérez Alcalá, 2009).
Ahora que estamos inmersos en la cordialidad de ChatGPT, el diálogo, aunque mediado por una pantalla, puede verse motivado incluso más que en un aula presencial; y esto, en el contexto educativo virtual, puede favorecer el aprendizaje cuando se establece un entorno de colaboración y apertura.
Negociación
Aunque existen numerosos “ejemplos” de diálogo entre los principales actores de la política y el comercio internacional, la negociación puede clasificarse en diferentes tipos, según su enfoque y resultado (Redacción APD, 2024).
Tipos de negociación positivos
- Negociación colaborativa (ganar-ganar): ambas partes buscan soluciones que beneficien a las dos. Es la modalidad más recomendable.
- Negociación integrativa: se centra en encontrar intereses comunes y maximizar el valor para todas las partes. Este tipo de negociación se aplica en alianzas estratégicas y proyectos conjuntos.
- Negociación basada en principios: busca acuerdos justos, fundamentados en criterios objetivos y racionales, en lugar de intereses particulares o posiciones rígidas.
Tipos de negociación desfavorables
- Negociación distributiva (ganar-perder): una parte gana a expensas de la otra, lo que suele generar conflictos y deteriorar relaciones.
- Negociación competitiva: se enfoca en maximizar el beneficio propio sin considerar el impacto en la otra parte, lo que puede generar resentimiento y desconfianza.
- Negociación coercitiva: implica imponer una decisión mediante presión o amenazas. Es la menos ética y puede acarrear consecuencias negativas a largo plazo.
En la modalidad abierta y a distancia, la negociación juega un papel importante. En proyectos colaborativos, los estudiantes negocian roles, responsabilidades y estrategias de trabajo para lograr los objetivos mediante tecnologías de comunicación, como el chat y los sistemas de videoconferencias. Estas interacciones desarrollan en las y los estudiantes habilidades específicas para entablar comunicaciones distintas con colegas y otros actores involucrados en sus ámbitos laborales.
De esta manera, la negociación se convierte en un proceso de construcción de diálogo favorable y profesional que contribuye a establecer acuerdos para avanzar en la resolución de los conflictos derivados de cada situación.
Claves para la nueva era digital
En el contexto actual, la capacidad de dialogar y negociar adquiere una relevancia aún mayor para contrarrestar la desinformación, evitar malentendidos y fomentar el respeto en entornos digitales, no solo académicos, sino también en aquellos que utilizamos en nuestra vida cotidiana.
Con el auge de la tecnología y las redes sociales, el diálogo y la negociación han adquirido nuevas dinámicas. Si bien las redes sociales facilitan el acceso a una mayor cantidad de información y perspectivas, también han propiciado debates más polarizados y agresivos, reduciendo la disposición al entendimiento mutuo.
Si bien la tecnología ha facilitado la comunicación en general, también ha planteado los siguientes retos:
- Ausencia de comunicación no verbal. En entornos digitales, la falta de gestos, expresiones faciales y tono de voz puede dar lugar a malentendidos y dificultar la interpretación emocional de los mensajes.
- Limitación del diálogo crítico. En entornos digitales, la ausencia de interacción directa puede llevar a que algunos estudiantes se limiten a respuestas superficiales, sin desarrollar una argumentación profunda.
- Negociación limitada. En instituciones con estructuras rígidas, la flexibilidad en la toma de decisiones puede ser restringida.
Para promover una convivencia social y académica armoniosa, diversas estrategias de diálogo y comunicación han demostrado ser especialmente efectivas.
- Diálogo constructivo. Se basa en el respeto mutuo, la escucha activa y el intercambio de ideas sin imposiciones. Favorece el entendimiento mutuo y la toma de decisiones compartida.
- Comunicación asertiva. Permite expresar opiniones, sentimientos y necesidades de manera clara, directa y respetuosa, sin caer en la agresión ni en la pasividad.
- Mediación y negociación colaborativa. Facilitan la resolución de conflictos al buscar soluciones mutuamente beneficiosas mediante un enfoque estructurado y cooperativo.
- Foros de discusión académica. Espacios en los que los estudiantes pueden intercambiar ideas, reflexionar y argumentar con base en el conocimiento y la investigación.
- Comunicación digital responsable. En redes sociales y entornos virtuales, un lenguaje claro, conciso y respetuoso es fundamental para evitar malentendidos, promover debates constructivos y fortalecer la convivencia digital.
Estas formas de diálogo y comunicación contribuyen a promover sociedades más inclusivas, fomentar el pensamiento crítico, construir paz y enriquecer el entorno académico.
Razones sobran para evitar el conflicto
El diálogo y la comunicación son esenciales para una convivencia pacífica y el desarrollo de sociedades más justas. A través de estrategias de comunicación propositivas y negociaciones colaborativas, es posible avanzar sin dar lugar a conflictos innecesarios. La clave está en fomentar el respeto, la empatía y el pensamiento crítico en todos los ámbitos de la vida.
Lejos de ser herramientas exclusivas de la política o la diplomacia, el diálogo y la negociación son también fundamentales en la vida cotidiana. En el ámbito laboral, se traducen en negociaciones salariales, resolución de conflictos entre colaboradores y acuerdos sobre proyectos. En la familia, se manifiestan como conversaciones para resolver diferencias de opinión o acuerdos entre padres e hijos sobre normas y responsabilidades. En la educación, —y en especial en la modalidad virtual— son esenciales para mediar entre estudiantes y docentes, mejorar el aprendizaje, resolver conflictos y prevenir malentendidos o desinformación. En la sociedad, contribuyen a preservar la paz.
Ambos conceptos están estrechamente vinculados, ya que el diálogo constituye la base de toda negociación constructiva. Desarrollar la capacidad de dialogar y negociar de manera efectiva fortalece las relaciones personales y profesionales, evita enfrentamientos innecesarios y fomenta una cultura de cooperación. Porque incluso en medio del desacuerdo, el diálogo sigue siendo nuestro puente más poderoso.
Referencias
Chanto Espinoza, C. y Loálciga Gutiérrez, J. (2022). Percepciones de estudiantes sobre el uso de la videoconferencia durante las clases virtuales a nivel universitario, en tiempos de COVID-19. Educación, 31(60), 54-78. https://www.redalyc.org/journal/7178/717876077003/html/
Dreyer, T., Haluts, A., Korman, A. y Feinerman, O. (2024, 23 de diciembre). Comparación de la resolución cooperativa de rompecabezas geométricos entre hormigas y humanos. PNA, 122(1). https://doi.org/10.1073/pnas.2414274121
Méndez Colmenares, D. (s.f.). Comunicación digital: Qué es, Tipos y Características. CEUPE. European Business School. https://www.ceupe.com/blog/comunicacion-digital.html
Pérez Alcalá, M. (2009). La comunicación y la interacción en contextos virtuales de aprendizaje. Apertura, 1(1). https://www.re dalyc.org/pdf/688/68820815003.pdf
Redacción APD. (5 de septiembre 2024). Tipos de negociación en la empresa: ¿cuáles existen? APD. https://acortar.link/fFetnJ
Rubio Hernández, F. J., González Calahorra, E. y Olivo Franco, J. L. (2024). Adolescentes en la era digital. Desvelando las relaciones entre las redes sociales, el autocontrol, la autoestima y las habilidades sociales. Ciencia y Educación, 8(3), 39-58. https://doi.org/10.22206/cyed.2024.v8i3.3209
Ziegler, S. (s.f.). Cuando pase el temblor. La escuela en el mundo post pandemia. Flacso Argentina. https://www.flacso.org.ar/noticias/cuando-pase-el-temblor/