Comparte un evento cultural
El 25 de abril de 2023 dio inicio el Reto Ciudadano 10 “Comparte un evento cultural”, cuyo objetivo particular es “Identificar los principales eventos y tradiciones culturales de México y comprender su importancia para el fortalecimiento de la ciudadanía.”
En la sesión informativa de este reto participaron Ana Cecilia López Olvera, experta en gestión cultural educativa; Gabriel Lalo Jacinto, investigador del Centro INAH Chiapas; Esther Hernández Torres, directora general de Vinculación Cultural de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México; Adriana Monroy, responsable del programa educativo de la Licenciatura en Desarrollo Comunitario de la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM); Eliber Gómez Sabadilla, responsable del programa educativo de la Licenciatura en Políticas y Proyectos Sociales de la UnADM; y Pedro Rodríguez, del Museo Nacional del Virreinato.
Gómez Sabadilla se refirió al caso de los mayas tojolabales, pueblo de Chiapas donde él creció. Resaltó que ahí se hacen varias manifestaciones culturales a lo largo del año con sentido comunitario, como el trabajo colectivo, la cooperación desde los niños hasta los adultos, los músicos, rezadores, etcétera, actividades en las que se necesita de la participación de todas y todos. Puntualizó que también hay otro tipo de relaciones vinculadas a la cosmovisión, como la forma de los humanos de relacionarse con otras entidades de la naturaleza, lo que genera una relación armónica con la naturaleza, el cuidado al cerro, a la cueva, a los ríos o a todo ente vivo del entorno.
Gabriel Lalo Jacinto, quien realiza investigación arqueológica en la meseta comiteca tojolabal, muy cerca de la frontera de México con Guatemala, comentó que hay una gran diversidad cultural tanto en el área rural como en las ciudades. Señaló que su equipo de trabajo está preocupado por la restauración y conservación no solo desde el punto de vista arqueológico sino también en el registro de la festividad de la Virgen Corazón de María, que es una peregrinación que hace el ejido Francisco Sarabia hacia la parte más alta del de la zona arqueológica, todo ello ligado tanto con la memoria, la historia de la comunidad y al mismo sitio arqueológico, la biodiversidad, los alimentos y la cocina tradicional. El trabajo realizado también les ha permitido adentrarse en la documentación del simbolismo de los árboles.
Resaltó que en todo el proyecto no sólo participan arqueólogos, sino también biólogos, personas de la comunidad hablantes del tojolabal, quienes en conjunto han realizado una documentación fotográfica y, sobre todo, etnográfica. Esto ha sido de gran impacto para la comunidad, donde también se realizan exposiciones y se proyectan videos.
Pedro Rodríguez Ramírez, por su parte, compartió la experiencia que desde el Museo Nacional de Virreinato llevan a cabo para involucrar a las comunidades alejadas al museo, para que asistan a dicho recinto cultural. El objetivo es democratizar la cultura para los pueblos de Tepotzotlán. Para crear el programa se partió de un estudio cuya pregunta central fue: ¿cuál es el consumo cultural que existe en los pueblos de los alrededores de Tepotzotlán? Esto les permitió reconocer que el consumo cultural de estos pueblos se vincula a la pelea de gallos, al futbol, a las fiestas patronales y a la carrera de caballos.
Asimismo, Adriana Monroy compartió el contexto histórico del inicio de los estudios de la cultura, posterior a la Segunda Guerra Mundial, en los que resaltó la figura del inglés Richard Howard, considerado el padre de los estudios culturales; también refirió a Edgar Morín quien entrelaza la conexión entre el cerebro, la mente y la cultura en lo que él denominó “una triada en bucle”. Finalmente, se refirió al concepto de cultura de Zygmunt Bauman, en su Modernidad líquida.
Continuó su participación aceptando el reto y compartió su experiencia en la elaboración de la ofrenda de Día de Muertos que la UnADM realizó el año pasado; para finalmente compartir videos en la que distintos docentes del Programa de Desarrollo Comunitario aceptaron el reto y compartieron eventos culturales de sus comunidades. En este tenor, los docentes invitaron al público en general a las trajineras de Xochimilco; a la Feria Internacional del Burro, en Otumba, Estado de México; así como a Torreón, Coahuila, a celebrar el Día Internacional de la Danza; y a Oaxaca a festejar en la Guelaguetza; también a la Feria del Chile en Nogada en Calpan, Puebla; y se extendió la invitación a Papantla, Veracruz, al festival del Corpus Christi y a la Zona Arqueológica del Tajín.
Ana Cecilia López Olvera expresó que para ella la cultura es un sentido de generosidad, de bondad, saber que todas y todos pertenecemos a un grupo y que es ese grupo el que nos mantiene, renueva y transforma. Realizó un paralelismo metafórico entre la forma de comunicación de los hongos a través de una sustancia llamada micelio que les permite mantener una comunidad; mientras que en la sociedad se tiene a la cultura que es justamente esa información que pasa a través de nosotros, de nosotras y que atraviesa territorios geográficos, que aún sin verla, a veces existe su parte material, pues la cultura nos conecta como individuos y nos hace pertenecer a un grupo.
Finalmente, Esther Hernández Torres habló sobre la relación entre cultura y comunidad enfatizando que es una relación que está siempre ahí: no hay culturas sin comunidad, no hay comunidad sin cultura porque la cultura es ese elemento que une. Subrayó que los eventos culturales no son solamente aquellos eventos que producen las instituciones, las asociaciones o los grupos organizados, que generalmente está visto como un evento cultural. También lo son, como lo plantearon Eliber y Gabriel, las fiestas patronales, las peregrinaciones, etcétera. Propuso que veamos con otros ojos qué es un evento cultural; por ejemplo, cuando vemos a dos personas platicando en alguna lengua indígena en la calle o en el mercado, o en el transporte público, ahí está sucediendo un evento cultural. O bien, las canciones que dan identidad a varios de los pueblos, como “Caminos de Michoacán” o en el “Dios nunca muere”, para los oaxaqueños. De igual manera, cultura también son las niñas y los niños jugando un juego tradicional.
Consideró, incluso, como eventos culturales los saberes medicinales y gastronómicos tradicionales; al igual que las expresiones culturales urbanas como el grafiti, el hip hop, el rap. Destacó la importancia de las carreras de la UnADM para el desarrollo de acciones culturales, como las licenciaturas en Desarrollo Comunitario, Gestión Territorial y Administración de Empresas Turísticas.
¿Aceptas el reto? Participa en https://www.unadmexico.mx/retos-ciudadanos