Equipo editorial

El sábado 12 de julio, el Centro SEP en la Ciudad de México se convirtió en un espacio de reencuentros, orgullo y emoción compartida. Desde temprano, las y los egresados comenzaron a llegar con una mezcla de nervios y alegría. A las ocho de la mañana, la explanada ya se llenaba de flores, carpetas con documentos que costaron años de esfuerzo y una certeza vibrante en el aire: era el día en que las pantallas finalmente se volvieron abrazos.

El personal voluntario de la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM) guiaba con calidez a quienes llegaban. Un gran arco marcaba la entrada al recinto en el que, más que una ceremonia, se viviría una experiencia inolvidable. 

A las 10:00 en punto, las voces de Isaac Gonzalo Mancera Betancourt, de la Coordinación de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social, y de Norma Angélica Guillermo de la Torre, asesora metodológica del programa de Gestión y Administración de PyME, dieron la bienvenida a la comunidad universitaria y a todas las personas que desde distintas partes de México y el mundo estaban presentes a través del canal UnADM oficial de YouTube.

Este día egresaban estudiantes de 24 programas educativos: 1 187 de licenciatura y 20 de Técnico Superior Universitario. Residentes de los 32 estados de nuestro país, así como de Estados Unidos, Irlanda, Suecia, Barbados, Canadá, Colombia y Francia. De las 1 207 voces egresadas, 16 compartieron con orgullo ser hablantes de lenguas indígenas como el chontal de Tabasco, el maya, el mazahua, el mazateco, el mixteco y el náhuatl, reflejo vivo de la diversidad cultural y lingüística que enriquece el tejido social de nuestro país y converge en la comunidad UnADM.

El presídium se engalanó con la presencia de: Ricardo Villanueva Lomelí, subsecretario de Educación Superior; Lilian Kravzov Appel, rectora de la UnADM y el H. Consejo Universitario integrado por Ángel Alberto Alameda Pedraza, secretario general; Edgar Alcántar Corchado, coordinador Académico y de Investigación; Isis Citlali Gómez López, coordinadora de Planeación Estratégica y Evaluación Universitaria; Iván Marín Rodríguez, coordinador de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social;  Gabriela Charlotte Quiroz Schuman, coordinadora de Tecnología e Innovación Educativa; Silvia Alejandra Guzmán Saldaña, directora de Asuntos Escolares y Apoyo a Estudiantes; Dolores Alejandra Vázquez Carvajal, directora de la División de Ciencias Exactas, Ingeniería y Tecnología; María de los Ángeles Serrano Islas, directora de la División de Ciencias de la Salud, Biológicas y Ambientales; y María Carmen Alonso Núñez, directora de la División de Ciencias Sociales y Administrativas. 

Como invitados especiales asistieron Carlos Ramírez Sámano, director general de la Coordinación y Desarrollo Social de la Comisión Interna de Administración de la UnADM y del Comité de Control y Desempeño Institucional. David Mendoza Armas, rector de la Universidad Virtual del Estado de Michoacán. Julio Javier Corona Maldonado, director general de Prepa en Línea SEP y Ramón Picasso Castelán, director operativo de la Dirección General de Bachillerato.

Poco después de la apertura, se proyectó un video que recordó la misión y visión de la universidad: una institución pública, gratuita y flexible, que llega a todas las regiones del país y también a estudiantes en el extranjero. Las imágenes mostraron aulas virtuales, familias estudiando juntas, y una idea clara: en la UnADM, el conocimiento no tiene fronteras y el aprendizaje se transforma en compromiso social. 

Tras su culminación, la rectora, Lilian Kravzov Appel, fue invitada a hacer uso de la palabra. Con voz serena y mirada luminosa, agradeció la presencia de cada persona que hizo posible ese día. Reconoció que iniciar los estudios durante una pandemia fue un acto de valentía. “Sabemos que sus familias les motivaron, les inspiraron a continuar… ayudaron con las tareas del hogar, con su tiempo, con sus palabras de aliento”, dijo con emoción. Después añadió, con tono íntimo: “El aprendizaje transforma: nuestros sentidos se agudizan… hasta el corazón crece”.

El momento más emotivo llegó cuando invitó a las y los nuevos profesionistas a no normalizar el dolor, a mantenerse curiosos, críticos y comprometidos: “Yo quiero, yo puedo, yo propongo, yo no sé, pero voy a buscar”. Cerró su participación con una invitación a seguir formando comunidad, participando en esta Gaceta, compartiendo saberes y manteniéndose cerca de su universidad.

La emoción creció aún más cuando se proyectó un segundo video, esta vez con un tono más histórico y expansivo. En él se recordó cómo, desde su origen como programa piloto en 2008, hasta su consolidación como universidad formalmente constituida, la UnADM se ha guiado por los principios de inclusión, apertura y flexibilidad. El material destacó su matrícula actual, que supera los 120 000 estudiantes, —la mitad de ellos mujeres— y más de 20 000 egresadas y egresados También se presentaron algunas de sus iniciativas más recientes: el proyecto UnADM Saludable, las certificaciones para el trabajo a distancia, 100 Técnicas Didácticas y los pódcast realizados junto con el Instituto Mexicano de la Radio, que ya suman más de 100 000 reproducciones. Todo con un mensaje claro: la UnADM no solo forma profesionistas, sino agentes de cambio.

Luego vino el episodio más esperado: la entrega de títulos a quienes alcanzaron los más altos promedios de su generación. Uno a uno, sus nombres fueron pronunciados con respeto, mientras recibían el reconocimiento por su excelencia académica.

En representación de todas y todos los egresados, hablaron dos estudiantes, cuyas historias conmovieron a los presentes. Lorena Álvarez Alegría, madre de tres hijos y egresada de la licenciatura en Administración de Empresas Turísticas, relató cómo su vida cambió al conocer la UnADM en plena pandemia. Su ejemplo inspiró a más personas de su entorno a inscribirse. Conmovida, agradeció el acompañamiento de su asesor, Agustín Bernal Cigarroa, y reconoció con ternura el apoyo incondicional de su esposo y de sus hijos: “Gracias… ustedes son mi mayor motor.”  Su mensaje fue breve, pero conmovedor: “Los sueños no solo deben perseguirse, sino también alcanzarse. Para lograrlos, es necesario trabajar con dedicación, constancia y con todo el Orgullo y Corazón UnADM.”

Después, Claudio Arenas, originario de Monterrey, Nuevo León, y egresado de la ingeniería en Energías Renovables, expresó con sinceridad lo que este logro significó para él: “Encontré una carrera a la vanguardia, acorde con los retos del presente, y pude estudiar sin sacrificar mi vida familiar ni profesional, gracias a la flexibilidad de la modalidad en línea.” Con un toque de humor y cercanía, reconoció cómo se adaptó a lo digital. A las y los estudiantes que aún cursan sus estudios les compartió un consejo que arrancó sonrisas: “Exploren el poder de las inteligencias artificiales… aprendan de los errores ajenos… y, por favor, no procrastinen”. Concluyó con una frase que resonó con fuerza: “Salgamos y seamos ese cambio que deseamos ver”.

El subsecretario de Educación Superior, Ricardo Villanueva Lomelí, cerró la ceremonia con un mensaje lleno de energía, humor y sentido crítico. Visibilizó el esfuerzo silencioso de miles de trabajadores del sistema educativo, y destacó un hecho contundente: en México hay más personas con carreras truncas que con títulos. “Ustedes le demuestran a esos diez millones que sí se puede volver, que sí se puede terminar”. Reconoció a la UnADM como un modelo necesario para el presente y el futuro: autogestivo, flexible, centrado en el estudiante y en el aprendizaje permanente.

Al final, la rectora tomó protesta a las y los nuevos profesionistas que respondieron con un rotundo “¡Sí, protesto!”, una lluvia de papelitos dorados llenó el recinto, mientras sonaban las notas del Son de la Negra y, desde el público, emergía un canto espontáneo: “UnADM, UnADM”.

Los familiares y amigos esperaron afuera del recinto con flores y sonrisas impacientes. La celebración se extendió hasta la entrada del metro Coyoacán, que por unos minutos se convirtió en un improvisado estudio fotográfico. La ciudad pareció detenerse un instante para ver cómo un grupo de estudiantes, formados a la distancia, cruzaban juntos una línea invisible que marcaba el final de una etapa… y el inicio de muchas otras.

Más allá de lo vivido esa mañana, la UnADM no solo fue testigo de historias: demuestra que la educación pública y en línea también es una forma de amor, una que trasciende distancias, obstáculos y pantallas. Cuando se estudia con #OrgulloyCorazónUnADM, el futuro no solo está en buenas manos: está en manos de quienes ya comenzaron a cambiar el mundo.

Te invitamos a revivir la ceremonia completa en https://www.youtube.com/watch?v=bUfOq9GU7no