Mónica Ortiz Hernández
Egresada de Ingeniería en Logística y Transporte
Buen día, estimadas compañeras y estimados compañeros de la generación 2024-1, autoridades educativas y coordinadores de esta magna ceremonia. Es un honor estar aquí con ustedes y brindarles estas breves palabras, esperando que mi mensaje llegue no solo a quienes nos graduamos el día de hoy, sino también a los que actualmente cursan su carrera y quienes aspiran a formar parte de nuestra casa de estudio.
Haber llegado hasta aquí es la suma de los pequeños y grandes esfuerzos, así como los sacrificios realizados a lo largo de cada semestre. ¡Cuántas veces no dejamos de lado salidas con amigos y familiares, o de ser el caso, omitimos tiempo con la pareja y con los hijos! A todas esas personas, gracias por su paciencia, apoyo y comprensión durante todo este tiempo. En especial, gracias a nuestros padres por inculcarnos valores y principios, por apoyarnos durante nuestra formación desde los estudios básicos, sin los cuales, no sería posible estar aquí el día de hoy. Por su puesto, gracias siempre a Dios por nuestros logros.
Gracias a las autoridades educativas, docentes y asesores de proyectos terminales, que fueron parte de nuestra formación académica y nos dejaron grandes enseñanzas y aprendizajes. Nos brindaron su tiempo y nos compartieron sus conocimientos dentro de sus ramos de especialidad.
No podría dejar de mencionar a nuestra rectora Lilian Kravzov Appel por hacer de este sueño una realidad, por brindarnos la oportunidad de estudiar de forma completamente gratuita, en línea y bajo un modelo flexible, inclusivo y con enfoque en el estudiante, rompiendo con barreras económicas, geográficas, culturales y sociales, que suelen ser y son los principales obstáculos para estudiar una carrera universitaria. La prueba de ello es que el día de hoy nos encontramos reunidas aquí personas de diferentes edades y partes de la República, todas unidas para celebrar el haber concluido de manera exitosa nuestra carrera.
Gracias también a nuestros compañeros que en algún momento nos brindaron su ayuda para comprender ciertos temas y actividades que a nosotros se nos complicaba entender.
Un agradecimiento a las empresas e instituciones que nos dieron la oportunidad de realizar las prácticas profesionales, y a nuestros asesores externos, por acompañarnos y orientarnos durante la realización de los proyectos. A nuestros compañeros de trabajo, que fueron testigos de nuestra formación profesional y nos apoyaron realizando valiosas aportaciones a nuestros proyectos con base en su experiencia laboral y conocimientos propios de su campo.
A todos y cada uno de ellos, infinitas gracias.
Sin duda, terminar una carrera es un sueño que cada vez más personas pueden hacer realidad gracias a la educación abierta y a distancia, en el que el punto de partida son las ganas y la motivación. Es comenzar por tener una idea sobre qué campo específico sentimos mayor interés y donde nos queremos desempeñar para, después, realizar una búsqueda exhaustiva de ofertas académicas en distintas instituciones.
Debido a la facilidad y comodidad que implica, estas búsquedas se llevan a cabo principalmente por medio de internet. Así fue como yo me enteré de la existencia de la UnADM. Sí, había diversas opciones, pero al realizar una comparativa en función del mapa curricular, mis posibilidades, tiempos y recursos, la UnADM fue la mejor alternativa. Ni qué decir de las opiniones de las y los estudiantes egresados que recomendaban ampliamente estudiar en esta casa de estudios.
Para formar parte de esta comunidad estudiantil, solo era necesario contar con tres elementos fundamentales: equipo de cómputo, internet y ganas de superarse. De los anteriores, solo contaba con las ganas de superarme, pues cuando comencé con el proceso de admisión no tenía internet en casa y la computadora que poseía era muy básica y presentaba fallas tecnológicas.
“Tan fácil que es rendirse y tan difícil que es continuar, pero cuando se tiene el objetivo bien claro y nos apasiona lo que hacemos, todo es posible de lograr.”
Una pequeña anécdota que nunca podré olvidar se refiere al día que estaba contestando los exámenes para ingresar a la universidad. Mi computadora se quedó trabada a los minutos de comenzar a contestar uno de los cuestionarios. Me desesperé y entré en pánico; el cronómetro seguía corriendo y la computadora seguía sin funcionar. Ya había esperado un año para aplicar y perder esa oportunidad me suponía una gran pérdida.
Por esta razón, agradezco infinitamente a mi primo Luis Gerardo Vázquez, aquí presente, egresado de la licenciatura en Contaduría y Finanza Públicas, quien estaba conmigo ese día y me prestó su computadora para continuar. Así fue como logré concluir mis exámenes y ser aceptada como estudiante.
Estas situaciones, como muchas otras, forman parte de las adversidades y obstáculos que de pronto se presentan y debemos superar, como cuestiones de índole personal, laboral, académica y de salud que, en ciertas ocasiones, ponen en riesgo el continuar con nuestros estudios. Trabajar, estudiar y ser madre o padre de familia es todo un desafío; sin embargo, y pese a todo lo vivido a lo largo de este tiempo, lo hemos conseguido, con constancia y dedicación.
Tan fácil que es rendirse y tan difícil que es continuar, pero cuando se tiene el objetivo bien claro y nos apasiona lo que hacemos, todo es posible de lograr. En mi caso particular, con cada asignatura cursada me apasionaba más mi campo de estudio y sentía especial interés por el control de inventarios debido al reto que este supone. De ahí que opté por realizar mi proyecto terminal enfocado en el área de almacenes, para aplicar los conocimientos adquiridos durante mi formación académica en la implementación de un sistema de inventarios cíclicos basado en la metodología ABC. Mi proyecto estaba dirigido al control de insumos de inocuidad, área que presentaba oportunidad de mejora en la empresa donde realicé mis prácticas.
En verdad, espero que mis palabras motiven e inspiren a los estudiantes de la UnADM, así como a los aspirantes y demás personas que nos escuchan, para que no se den por vencidos. ¡Sigan adelante, inténtelo las veces que sea necesario! Porque, realmente, estar aquí es una sensación indescriptible, es el resultado de batallas ganadas y perdidas, desvelos, frustraciones, enojos, alegrías y un sinfín de emociones.
A todas mis compañeras y mis compañeros, no me resta más que felicitarnos por este gran logro, el cual es el principio de un largo camino lleno de aprendizajes y luchas constantes, deseándonos el mayor éxito en todos nuestros futuros proyectos.
Me despido con el siguiente fragmento del libro Fabulas para Triunfar, de Carlos Quesada (2006, p. 69):
“Visualiza tu futuro, camínalo, recórrelo, imagínatelo en momentos de luz y en momentos de oscuridad... Después de haberte visualizado, si te gustó tu sueño, despierta y comienza a construirlo.”