Ricardo Flores Cuevas
Coordinación de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Entre 1850 y 1851, el escultor catalán Manuel Vilar creó una figura que unificó dos mundos: la estética clásica grecolatina con una propuesta plástica de la etnicidad mexicana. Tlahuicole, general tlaxcalteca no solo fue una obra innovadora para su tiempo, sino una pieza que ha recorrido casi dos siglos de historia y reubicaciones, por lo cual, ha sido protagonista del cambio en la forma en que se ha representado y resignificado a los personajes de la Mesoamérica antigua.
En las siguientes líneas se presenta el trayecto material y simbólico de esta obra: desde su concepción en los salones de la Academia de San Carlos hasta su reproducción monumental en Tlaxcala.
1846
Manuel Vilar se incorporó como director de la clase de escultura en la Academia de San Carlos (Revilla, 1908, p. 225). En su cátedra, los contenidos de enseñanza incluyeron anatomía del cuerpo humano, dibujo tomado del antiguo, modelado del modelo vivo, vaciado en yeso, práctica en mármol y la composición de obras originales (Revilla, 1908, p. 226).
1850
Cuatro años después, Vilar inició la elaboración en yeso de la escultura que tituló Tlahuicole, general tlaxcalteca, la cual concluyó en 1851 y fue presentada en la Cuarta Exposición Anual de la Academia de San Carlos. Esta exposición estuvo abierta al público erudito dentro de las instalaciones de la misma Academia, de diciembre de 1851 a enero de 1852 (Acevedo et al., 2004, p. 216).
Vilar esculpió al héroe tlaxcalteca despojado de ropaje alguno, con una musculatura semejante al ideal griego. Esta forma de representar el cuerpo masculino corresponde a la tendencia artística de la época, en la que “[...] la Antigüedad le serviría al artista moderno como norma hacia el conocimiento de la belleza ideal [...]” (Müller-Bechtel, 2013, p. 39).
Sobre la postura del cuerpo, Fausto Ramírez propone que se trata del momento en que Tlahuicole se encuentra en el sacrificio gladiatorio (Acevedo et al., 2004, p. 215). Al respecto, Michel Graulich (2000) describe así las condiciones en las que se encontraba el guerrero tlaxcalteca: “[...] atado con una cuerda a una rueda de piedra, tuvo que luchar con armas ficticias contra guerreros (‘caballeros’) águilas y tigres bien armados. A pesar de esto, logró matar más de ocho hombres y herir a más de veinte [mexicas] antes de sucumbir.” (p. 90).
De hecho, en la edición de 1826 del libro Historia Antigua de México escrito por Francisco Javier Clavijero, aparece una ilustración que representa el mencionado sacrificio gladiatorio.
El escultor catalán logró plasmar en el yeso la tensión muscular de quien debe defender su vida. El rostro, además de expresar emoción, aporta un elemento de gran valor: la etnicidad del personaje, que se traduce plásticamente en sus rasgos faciales (Michaud, 2017, p. 15).
1964-1967
La escultura en yeso de Tlahuicole, general tlaxcalteca deambuló por distintos espacios durante más de un siglo: la Academia de San Carlos, la Escuela de Artes Plásticas, la bodega de la Escuela de Arquitectura en Ciudad Universitaria y el Museo de San Carlos (García, 1973, pp. 83-85).
En la década de 1960, la escultura de Tlahuicole estuvo a punto de perderse. Fue gracias a la iniciativa del historiador del arte Justino Fernández que se realizaron dos copias en bronce, a cargo del fundidor Vicente Barrón Rosas y bajo la supervisión del escultor Manuel Silva Guerrero. El proceso, no exento de vicisitudes, se extendió de 1964 a 1967 (García, 1973, pp 83-85).
Desafortunadamente, las réplicas en bronce tuvieron destinos poco afortunados: fueron almacenadas en las bodegas del Museo Universitario y del Palacio de Bellas Artes (García, 1973, p. 85). Con el tiempo, ambas copias fueron colocadas en espacios más dignos: una fue trasladada al Palacio de Minería y la otra al Centro Cultural Huamantla, en Tlaxcala.
1982
El original en yeso fue resguardado en el Museo Nacional de Arte. Hoy en día, cada una de estas piezas escultóricas permanece en los sitios mencionados, donde puede ser apreciada por el público.
1995
El 5 de febrero de 1995 fue develada, sobre la importante avenida Independencia en la ciudad de Tlaxcala, otra réplica monumental en bronce de Tlahuicole, general tlaxcalteca. Esta versión fue realizada a una escala aproximada de cinco metros de altura (Vargas, 2022).
La elaboración de esta escultura estuvo a cargo de los orfebres y escultores poblanos Pablo y Miguel López Artasánchez (Vargas, 2022). Curiosamente, fue realizada en su taller ubicado en Huejotzingo, el mismo pueblo donde, siglos antes, Tlahuicole fue capturado por los huexotzincas y llevado a Tenochtitlan para ser presentado ante Moctezuma (Clavijero, 2014, Libro V, cap. 5, p. 188).
Según Clavijero, Moctezuma “que sabía apreciar el mérito de las personas aun en sus propios enemigos, en vez de darle la muerte le concedió generosamente la libertad de volverse a su patria; pero el arrogante tlaxcalteca no aceptó el favor, pretextando que, habiendo sido cautivo, no osaba presentarse con tan grande ignominia a sus nacionales; que quería morir como los demás prisioneros, en honor a sus dioses” (Clavijero, 2014, Libro V, cap. 5, p. 188).
El tiempo le ha brindado aTlahuicole la posibilidad de recorrer el camino inverso de la historia: regresar de Huejotzingo a Tlaxcala ―en vez de a Tenochtitlan― para reencontrarse con su gente, que lo ha recibido con orgullo, pues es parte de su memoria viva y su identidad colectiva.
Referencias
Acevedo, E., Cuadriello, J., Ramírez, F., et. al. (2004). Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte. Escultura. Siglo XIX. (Tomo II). Museo Nacional de Arte, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, Patronato del Museo Nacional de Arte, CONACULTA, INBA.
Clavigero Francisco Saverio. (1826). Historia Antigua de Mégico. R. Ackermann (ed.). Londres.
Clavijero, F. J. (2014). Historia Antigua de México. Porrúa.
García, E. (1973). Autoridad moral de un crítico de arte. Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, 42, UNAM. https://www.analesiie.unam.mx/pdf/42_67-89.pdf
Graulich, M. (2000). Tlahuicole, un héroe tlaxcalteca controvertido. En F. Navarrete y G. Oliver (Eds). El héroe entre el mito y la historia. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/374/374_04_04_tlahuicoleheroe.pdf
Michaud, É. (2017). Las invasiones bárbaras. Una genealogía de la historia del arte. (A. Oviedo Trad.; A. Hidalgo, Ed.).
Müller-Bechtel, S. (2013). Mengs y el dibujo como medio para comprender la Antigüedad. En Antón Raphael Mengs y la Antigüedad.
Revilla, M. (1908). Obras. Tomo I: Biografías (artistas). Imprenta de V. Agueros.
Vargas, M. (24 de octubre 2022). Hace 27 años, El Sol de Tlaxcala registró el ensamble y develación de la escultura del guerrero tlaxcalteca. El Sol de Tlaxcala. https://oem.com.mx/elsoldetlaxcala/tendencias/video-memoria-de-bronce-es-el-monumento-a-tlahuicole-16378857